viernes, 26 de marzo de 2010

El IVA, la estación de penitencia nacional.

“El quiero y no puedo”, ese es el estigma que persigue al incremento del IVA. “El quiero” representa la intención de sanear las arcas públicas por parte del gobierno y “el no puedo” es el miedo a tomar mediadas efectivas y sangrientas que puedan repercutir en el votante.
Pasaremos el próximo julio de una tasa impositiva del 16% al 18% y del 7% al 8% en los productos de IVA reducido. Esto supondrá una recaudación de 5.000 millones de euros.

Surgen varias dudas, ¿logrará su objetivo?, ¿sobre quién repercutirá esta decisión? y ¿será positiva la medida?

Es cierto que mi animadversión al sistema fiscal influye directamente en mi opinión, pero he de reconocer al mismo tiempo que prefiero este tipo de impuesto indirecto a los que gravan el ahorro y la inversión. Aun así he intentado contestar a las cuestiones anteriores de la siguiente manera. Pienso que es una medida pobre, que no esta acompañada por decisiones que realmente pueden mejorar el déficit público. Es un ejemplo el posible recorte de puestos de alta dirección en las numerosas administraciones públicas de nuestro país. En este punto la cobardía o la conveniencia de los partidos es abrumadora, ya que ninguno quiere rebajar su poder político. Que la oposición no tenga una posición clara muestra que tampoco está dispuesta. No desea perder potestad en aquellas administraciones que controla.

Es fácil pensar que esos 5.000 millones de euros no son suficientes para lograr una mejoría ya que el 60% del déficit es estructural y que éste asciende a 110.000 millones de euros.

La segunda pregunta requiere un análisis más profundo, antes sólo viendo el gasto y los ingresos logramos una idea de la situación, pero ahora existen varios sujetos sobre los que puede recaer el pago de esos 5.000 millones. Un sector serán los consumidores que pueden ver cómo se incrementan los precios alrededor del 1%, según algunos economistas y el gobierno. Esta cifra es ciertamente tranquilizadora para la economía doméstica ya que los salarios crecerán por encima. Aun así, habrá mercados como el automovilístico, que muy posiblemente sufran las consecuencias, por lo que aparece otra cuestión; ¿Por qué apoyar la venta de coches durante tanto tiempo y con tanto dinero, para gravarlo ahora?

El otro sector que deberá absorber el gasto serán las empresas, algunas como Inditex ya han notificado que continuarán compitiendo en precio y que no lo incrementarán a pesar del IVA. Es una medida que seguirán casi todas las grandes firmas, dado que el consumo ha descendido extraordinariamente (24%) por lo que una subida de precios reduciría de nuevo sus ventas.

Llegados a este punto podemos determinar que estamos ante un mal menor, pero aun queda un grupo en el que ahondar, esos serian los pequeños comerciantes y las PYMES, esos que han supuesto durante años la base de la economía española, esos que sufren especialmente la crisis, esos que fueron abandonados en los créditos del ICO y por supuesto esos que proporcionaban un alto porcentaje de empleo en este país. Ellos no podrán competir en precios, tendrán que elevarlos, lo que reducirá su facturación.
Por este motivo se volverá a potenciar el fraude fiscal, se volverá a escuchar eso de:
La factura sin IVA, ¿no? . De manera que el cálculo de recaudación deberá variar y no es una exageración personal, porque he de recordar que nuestro país tiene una tasa de fraude fiscal del 23% (10 puntos más que la media europea), que se ha incrementado desde la llegada de la crisis.
Existen una infinidad de puntos en los que el incremento del impuesto afectará, no podemos olvidar que se deberán acomodar sentencias judiciales y que no podremos cumplir con el plazo europeo del 2013 del 3% déficit público con esta única decisión como expliqué al inicio.

La tercera pregunta, atendiendo o no a lo explicado, debéis responderla con vuestras propias ideas personales.


Ya empezó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En primer lugar felicidades por la iniciativa y ánimo.
En cuanto al artículo y en respuesta a las preguntas que haces, te doy mi opinión.
¿Logrará su objetivo? En los años 90 se subió dos veces y la recaudación posterior disminuyó, no creo que en este caso sea diferente.
¿Sobre quien repercutirá? Lo hará sobre las personas y empresas que cumplan con su deber fiscal. Los defraudadores seguirán haciéndolo y posiblemente el número de estos aumentará, aparte de lo que tú comentas en el artículo.
¿Será positiva la medida? Las empresas que mantengan los precios de sus productos, a pesar de la subida de IVA, lo harán a costa de una mejora en sus procesos productivos, cosa difícil, o por una reducción de sus costos, que en la mayoría de los casos se conseguirá con ajustes de plantilla.
Desde mi punto de vista, la solución definitiva pasa por eliminar, dentro de lo posible, la economía sumergida. ¿Cómo se hace? La única manera posible está basada en el aumento de inspecciones y en sanciones ejemplarizantes. Se debería exigir por ley facturas en todas las transacciones comerciales. En Italia te dan factura hasta en los puestos ambulantes. Sin embargo no hay en el gobierno la valentía suficiente, tal como tú dices, para estas acciones y prefieren tener a un parado en el empleo sumergido que multarle por fraude.
Bueno, termino aquí deseándote el mejor futuro tanto en el blog como en tu vida, ANIMO.
Manuel L. Carrillo

José Martínez dijo...

En primer lugar, felicitarte por el artículo. Especialmente por expresar opiniones usando la razón basándote en datos reales.

Pienso que más que "quiero y no puedo" podría user "no me queda otra alternativa". Antes de plantear la pregunta "¿servirá para cumplir el objetivo?" cabría preguntarse "¿cuál es el objetivo?", ya que puede no ser sanear el déficit sino hacer sostenible la situación actual en la que el nivel de gasto se ha disparado; es decir hace falta recaudar pasta a corto plazo para poder seguir pagando el paro a millones de españoles.

Sobre si será positiva la medida, desde este enfoque, quizás sí lo sea. aunque, según el comentario del "casinero" anterior, aumentos de los intereses llevados a cabo en el pasado repercutieron en una menor recaudación... Esto creo que solo el tiempo lo dirá.

Aunque quizás esto ya deba ser tratado en otro artículo (Don José María, tome buena nota), deberíamos reflexionar sobre qué ha llevado a esta situación: una política de improvisación (improvisación significa ausencia de plan) ha llevado a la actual problemática, que a su vez se trata de resolver con más improvisación, entrándose en algo similar a un circulo vicioso...

Lo preocupante no es que se tomen medidas a corto plazo (son improvisadas), las cuáles mitigan el problema sin solucionarlo pero que son necesarias a veces, sino que no se tomen además medidas a largo plazo (son planificadas), ésas que requieren sacrificio para dar una solución real al problema.